Regresó a su tierra para, con su hija, apostarle a un emprendimiento que les cambió la vida

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Luego de estar radicada en Buenos Aires – Argentina, trabajando en el área de publicidad y mercadeo de un programa de televisión, la ibaguereña Vanessa Mejía tomó la decisión de volver a su tierra para apostarle a un emprendimiento del cual su hija María Sofía, de 19 años, le había hablado desde hace varios años.

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“Hicimos un estudio de mercadeo de las empresas que podían generar empleos y reactivación económica en Ibagué y decidimos poner un SPA de uñas, también por seguir con la tradición de mi mamá que es esteticista” dijo Vanessa al contar su historia, y agregó “Mis hijos son mi todo y siempre compartimos el sueño de tener lo nuestro, ellos me decían: ¡mamá, debemos crear nuestro propio negocio!”.

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María Sofía, estudiante de segundo semestre de arquitectura, contó que, a pesar de su poca experiencia en los negocios, su madre la orientó en aspectos laboralmente importantes como la disciplina y la dedicación a la hora de hacer realidad los sueños. Asimismo, contó que su hermano Juan Pablo, quien también ha contribuido con el modelo de negocio, ha sido un eslabón importante para materializarlo.

“Yo tenía la idea; me gusta la estética y ver cómo a través de ella muchas mujeres se sienten más seguras, pero no sabía cómo hacerla realidad y tenía claro que mi mamá era la persona indicada para ser mi socia y mi hermano Juan Pablo apoyaba la idea” contó María Sofía.

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Hecho realidad, hoy el emprendimiento de estas mujeres es un SPA de uñas ubicado por la carrera Quinta, paralela del barrio Jordán con calle 62, lugar donde invirtieron los ahorros de su vida y con el que esperan continuar aportando para el proyecto de vida del equipo de colaboradores que conformaron.