Uno de los sectores económicos que más ha sufrido luego de la llegada del Covid-19 es el gastronómico, y en Ibagué, más exactamente en el cañón del Combeima, los propietarios de restaurantes, centros turísticos y hoteles, han pasado por “las duras y las maduras” para no tener que cerrar definitivamente los establecimientos que les dan de comer a ellos y a sus colaboradores.
Para la muestra un botón, o mejor, Antonio Salazar más conocido como “Toño”. Él es un paisa que llegó a Ibagué hace 22 años y decidió radicarse en este sector turístico para crear empresa.
Aunque antes de la llegada del coronavirus ya había sido sacado prácticamente a la fuerza por los propietarios del terreno donde tenía el restaurante, “Tono” y su familia intentaron continuar con el negocio en su casa finca, más adentro del cañón; sin embargo, llegó la pandemia y tuvieron que suspender obligatoriamente sus actividades.
Un año después de esa difícil situación, el “Restaurante Donde Toño” fue clausurado oficialmente y se dio origen a “El Chorizo de Toño”, un lugar donde la gastronomía tolimense y antioqueña se conjugan para deleitar el paladar de los visitantes.
Revista Asuservicio: Usted es el restaurantero más antiguo del cañón del Combeima. ¿Cómo ha sido retomar labores luego de la crisis por la pandemia y ahora en un nuevo lugar?
Antonio Salazar: Después del problema ese que muchos supieron, que era que me querían sacar, eso ya pasó. Ya estoy en una propiedad mía, aquí no pago arriendo y puse el negocio para continuar viviendo porque después de una pandemia tan grave, que fue desde marzo, desde esa época nosotros no abríamos. Llevamos casi dos meses de haber abierto y la gente nos ha correspondido, sobre todo la clientela. He hecho una clientela nueva y todo a base de esfuerzo de mi señora, todos los que trabajamos aquí, y yo.
RA: Al desaparecer del antiguo lugar donde tenía el restaurante muchos quedaron desubicados para encontrarlo. ¿Cómo ha hecho estos primeros meses de reapertura?
AS: Pues mire; esos que están en la mesa de al frente me dijeron que llevaban dos domingos buscándome y que no me encontraban. Hoy alquilaron un carro para venir al cañón, pasaron tres veces por este lugar hasta que me vieron, y aquí están nuevamente. La gente me da opiniones muy lindas entonces eso me da mucho ánimo para seguir trabajando.
RA: ¿Cómo ha sido el cambio del lugar donde estaba antes, a este nuevo espacio?
AS: El cambio ha sido mucho porque antes era un lugar más grande, con más empleados, pero realmente lo que quedaba no era lo que muchos pensaban. Aquí es diferente porque es más pequeño; incluso, cuando se me llenan las mesas los clientes se me entran al comedor, pero no importa, allá también los atiendo. Entonces, ha sido un cambio muy radical porque aquí me quedan más utilidades.
RA: Lograr que la gente vuelva a un restaurante lo hace la buena comida y la buena atención. ¿Trabaja usted ese aspecto?
AS: Yo visito las mesas de la gente. En este momento, por ejemplo, están ocupadas todas y ahorita termino esta entrevista que usted me está haciendo y me voy de mesa en mesa hablando con los clientes, contándoles historias, preguntándoles qué necesitan, si tienen alguna sugerencia, y eso a la gente le gusta. Es un servicio personalizado.
RA: La oferta gastronómica la cambió luego de la pandemia o continúa como siempre la ha tenido.
AS: Los nombres de los platos son los mismos pero el sabor está mucho mejor. Y al mismo precio de antes.
RA: Para quienes no se han dado cuenta de dónde está El Chorizo de Toño ¿Cómo es la dirección?
AS: Cuando se va adentrando al cañón, quinientos metros antes de llegar a un caserío que se llama Pastales, a mano derecha, enseguida de una fachada verde; ahí es. Es muy fácil porque en la puerta hay una foto mía y del tamaño de una persona donde estoy con carriel y sombrero.
RA: ¿Horarios?
AS: Sábados y domingos, de 8:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche. Los domingos en la mañana, por ejemplo, está llegando mucho ciclista que vienen a hacer deporte, entonces cuando bajan, vienen y yo les digo que para ayudarles en la dieta para deportistas les ofrezco una bandejita paisa, o fríjoles con chicharrón (risas). No mentiras, vienen y desayunan normalito.
RA: En el anterior lugar estuvieron por cerca de 21 años. ¿Aquí cuánto tiempo piensan estar?
AS: Hasta que me entierren. ¿Pero sabe que no? porque después queda mi señora, y después el hijo, y después el nieto, y esto sigue.
Antonio Salazar, o mejor dicho “Toño”, hizo una invitación para que propios y turistas no dejen de visitar el cañón del Combeima en todo su contexto. Los restaurantes de sus colegas, las fincas turísticas o de descanso y los hostales. De esa manera, dice él, se ayuda con la reactivación económica en este importante sector natural de Ibagué.